París en un suspiro: luces, lluvia y una parada mágica antes de Disneyland
Después de un día inolvidable en Rocamadour, nuestro siguiente destino era París, la emblemática ciudad de la luz que siempre sorprende y enamora. Salimos temprano, alrededor de las 8:00, con el objetivo de llegar a mediodía y así poder aprovechar la tarde para visitar la ciudad. El trayecto, de aproximadamente seis horas, fue muy llevadero y nos permitió disfrutar de uno de los grandes placeres de viajar en coche: el paisaje.
El viaje hacia París
El camino fue súper ameno y no se nos hizo largo, ya que íbamos distraídos disfrutando de la Francia rural y sus paisajes encantadores. Optamos por autopistas, lo que agilizó el recorrido (aunque con algún que otro peaje), e hicimos algunas paradas rápidas para estirar las piernas, ir al baño y echar gasolina.
Alojamiento: Un lugar perfecto para estar cerca de Disneyland París
Nos alojamos en la Residence Alassa - Apartment in Montévrain, una opción que reservamos por Booking y que nos vino genial para nuestra planificación, ya que está a solo 15 minutos de Disneyland París, donde entraríamos al día siguiente.
Te dejo el link directo a éste alojamiento: Residence Alassa
Explorando París: Un recorrido exprés
Después de dejar las maletas y comer algo rápido, pusimos rumbo al centro de París. Aparcamos en el parking del centro comercial Quai Branly – Tour Eiffel, que está justo al lado de la parada de tren Champ de Mars – Tour Eiffel. Desde allí pudimos movernos fácilmente por la zona.
La Torre Eiffel, majestuosa como siempre, nos recibió con su imponente presencia y un ambiente navideño que la hacía aún más mágica. A los niños les encantó; no podían parar de mirarla. Estábamos deseando que encendieran las luces que parecen flashes y que iluminan la torre los primeros cinco minutos de cada hora. Y cuando llegó ese momento… ¡fue pura magia!
Chloe, por supuesto, quería subir (¡cómo no!), pero íbamos con el tiempo justo, además empezó a llover y preferimos no arriesgarnos a acabar empapados. Queríamos descansar bien, ya que al día siguiente empezaba la gran aventura en Disneyland.
Aunque no pudimos hacer paradas largas, pasamos con el coche por algunos puntos emblemáticos como Notre Dame, el Louvre y el río Sena. La ciudad estaba preciosa, pero conducir por París en plena temporada navideña... ¡una auténtica locura! Muchísimo tráfico y muchísima gente. Aun así, nos quedamos con ese sabor especial que solo París deja, incluso en una visita exprés.
💡Un dato curioso sobre la Torre Eiffel
¿Sabías que la Torre Eiffel fue construida en solo 22 meses y que originalmente se pensaba desmontarla 20 años después? También ha tenido varios colores a lo largo de su historia, e incluso pasó por una etapa en la que fue completamente amarilla. Hoy en día, es el monumento de pago más visitado del mundo.
🍰 ¿Un lugar para merendar con vistas?
Aunque no nos dio tiempo a parar, si buscas una opción ideal para merendar cerca de la Torre Eiffel, apunta este nombre: Kozy Bosquet. Es un café acogedor, con deliciosos pasteles y cafés artesanales, perfecto para una pausa dulce mientras contemplas la torre.
Nos quedamos con ganas de ver más y de disfrutar de París con más calma, pero esta vez fue solo una pequeña muestra. El lunes arrancaba nuestra estancia en Disneyland, donde estaríamos hasta el viernes, y necesitábamos descansar para afrontar un buen madrugón.
Aun en pequeñas dosis, París tiene algo que se te queda dentro, y estamos seguros de que volveremos.
Próximo post...
📍 ¡En la siguiente entrada te contaré cómo fue nuestra llegada a Disneyland París y nuestra estancia en el Hotel New York – The Art of Marvel! 🌟
"París, aunque sea por un día, siempre deja una huella en el corazón." 🇫🇷💖
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