Día 1 Llegada a Roma : primeras impresiones y tropiezos (literalmente...)
Descubre nuestras primeras impresiones al llegar a Roma desde Barcelona. Una experiencia llena de emociones, tropiezos literales y consejos prácticos para tu primer día en la Ciudad Eterna.
Roma, la ciudad que nunca me llamó la atención, pero que me dejó sin palabras
¡A mí Roma no me llama!" Eso decía yo… Ayyy, puntito en la boca, Yanira… Después de visitarla… ¡madre mía, qué lugar más increíble! Roma, con su mezcla de historia, caos y belleza, me hizo replantear todo lo que pensaba sobre ella, la ciudad tiene una energía tan especial que me hizo sentir como si el tiempo se hubiera detenido. Pero bueno, ya sabes cómo es esto de los viajes… La primera impresión siempre está llena de sorpresas, ¿verdad?
Quiero compartir cómo fue nuestra llegada, esas primeras horas de caos, entre vuelos, trenes y, por supuesto, un pequeño tropiezo de bienvenida… que de pequeño no tuvo nada. ¡Menudo hostión me metí! Literalmente por los suelos. 😅 Y aunque en ese momento deseaba que el suelo me tragara, con el tiempo me di cuenta de algo importante: a veces, los tropiezos son solo oportunidades. Porque, al final, cada viaje, por caótico que sea al principio (o este caso al final), nos deja una lección.
Un viaje muy especial
Este viaje no era un viaje cualquiera, tenía algo especial que lo hacía único: era un regalo por nuestra boda, pero, para nosotros, iba mucho más allá de eso. Desde que nació Chloe, hacía casi 11 años que no habíamos hecho ni una escapada en pareja, ni siquiera pasado una noche fuera solos. Ser papás había cambiado todo y este viaje no solo fue una escapada, sino también un reto personal. ¿Cómo nos sentiríamos sin ellos? ¿Y cómo lo llevarían los niños?
Chloe, al ser mas mayor es mas independiente, sabíamos que lo llevaría bien, pero Mario, al ser mas pequeño y tan pegado a nosotros, estaba más sensible, de hecho, cuando nos dieron el regalo del viaje, no pudo evitar llorar. No estaba acostumbrado a que nos fuéramos, ese momento fue un verdadero reto emocional, tanto para él como para nosotros.
¿Seríamos capaces de disfrutar sin estar pendientes del móvil para ver qué hacían y cómo estaban? Era una sensación agridulce, pero también sabíamos que era necesario. Necesitábamos este tiempo para nosotros, para reconectar, para recordar quienes éramos antes de ser mamá y papá, y sobre todo, para disfrutar de la aventura sin los horarios, las responsabilidades y el ajetreo diario. Pero a pesar de la emoción de la escapada, mi corazón no dejaba de pensar en ellos. Esa sensación de estar un poquito lejos, pero al mismo tiempo más cerca que nunca, era un reto, pero uno que sabíamos que valía la pena.
Tengo que decir que lo llevaron genial. Donde vivimos no era festivo, así que ellos siguieron con su rutina de colegio y extraescolares, mientras la familia hacía malabares para trabajar y turnarse para quedarse con los niños. ¡Así que estamos muy agradecidos
Vuelo ✈️ desde Barcelona: un miedo superado y una aventura que comenzó bien temprano
Salimos desde Barcelona el 22 de septiembre a las 7:15 a.m. con Vueling. ¡Hacía años que no volaba, y siempre me ha dado miedo! Os podéis imaginar mi estrés, los nervios y cómo me agarraba al asiento como si me fuera la vida en ello con cada turbulencia… porque sí, pillamos alguna que otra. 😅 Afortunadamente, llegamos a Roma sin problemas. El vuelo no llegó a las dos horas y, a pesar de mi miedo, se me pasó más rápido de lo que esperaba. Intenté distraerme al máximo… ¡y funcionó!
Del aeropuerto a Roma: primera toma de contacto
El vuelo aterrizó en el Aeropuerto Fiumicino y de allí tomamos un tren directo hacia el centro de Roma. Optamos por el Leonardo Express, que cuesta 14€ por persona y tarda unos 30 minutos sin paradas intermedias. Cómodo y rápido.
Una vez llegamos a la estación Termini, ¡nos tocó caminar! El apartamento donde nos alojamos estaba a unos 20 minutos andando de la estación y a unos 45 del centro de Roma. Como buenos viajeros optimistas, pensamos que podríamos dejar las mochilas antes de salir a explorar… pero ¡sorpresa! El apartamento no estaba listo. Así que, ¡media vuelta con las mochilas a cuestas y a recorrer Roma con equipaje extra!
Las primeras impresiones no fueron las mejores. La zona de Termini y alrededores me pareció, siendo fina, un poco feucha. Calles muy sucias (¿es que aquí no existen las papeleras o la gente es un poco cochina?), muchas personas durmiendo en la calle y un tráfico que parecía una prueba de valentía. Porque sí, en Roma cruzar la calle no es solo cuestión de esperar el semáforo, es un acto de fe: o te lanzas con seguridad o ahí te quedas, porque los conductores no paran a menos que te plantes con decisión. Pero bueno, fue solo la primera impresión. Una vez llegamos al centro histórico, la magia de la ciudad empezó a conquistarnos.
La foto que os dejo muestra la calle donde estaba nuestro alojamiento. Estaba genial: muy cómodo y con todo lo necesario. Sin embargo, si volviera a Roma, intentaría quedarme en un sitio más céntrico. Busqué por Booking el pisito para dejaros el link, pero no lo encontré, como os comenté, fue un regalo, así que no lo reservamos nosotros, pero aquí os la dejo para que os situéis:
📍Vía dei Volsci, 79 A - Roma (Lazio) 00185.
Coliseo 🏟️: La primera parada, un imponente encuentro con la historia
Ya casi se nos hizo la hora de comer, y como no podía ser de otra manera, decidimos hacer una parada de camino al centro de la ciudad para disfrutar de una auténtica pizza italiana, no fue la mejor que comí, en el siguiente post os contaré dónde fue. La pizza estaba deliciosa, con una masa fina y crujiente, llena de sabor. ¿Qué más se puede pedir? Y, por supuesto, después de la pizza, no pudimos resistirnos a un buen helado italiano. ¡El helado en Roma es otra historia! Continuamos nuestro paseo hacia el centro mientras disfrutábamos del helado, adentrándonos cada vez más en las calles llenas de historia y encanto. Roma está llena de rincones por explorar.
Y, como no podía ser de otra manera, yo tuve mi "momento estrella". Nada más llegar, me caí…¡Es que si no me caigo, no soy yo! 😂 No vi unos escalones haciendo fotos y... ¡pum! Bienvenida oficial a Roma. Pero nada grave, la emoción de estar allí me hizo olvidarlo rápido.
Un poco de historia del Coliseo
El Coliseo, también conocido como el Anfiteatro Flavio, es uno de los monumentos más emblemáticos de Roma. Fue inaugurado en el año 80 d.C. y podía albergar hasta 50.000 espectadores. Aquí se celebraban combates de gladiadores, representaciones de batallas y espectáculos con animales exóticos.
Actualmente, a pesar de haber sufrido terremotos y saqueos, sigue siendo una de las maravillas del mundo y un lugar imprescindible para cualquier visitante en Roma.
Después de visitar el Foro Romano, entramos al Coliseo y fue espectacular. Lo primero que impacta es su magnitud y la sensación de viajar en el tiempo, imaginando los combates de gladiadores. A pesar del silencio actual, sus pasillos aún transmiten la historia vivida. La arena, con su complejo sistema subterráneo, revela la impresionante ingeniería de la época. Desde los niveles superiores, las vistas del interior y de Roma son increíbles. La luz filtrándose entre los arcos y la majestuosidad del lugar crean una atmósfera única, imposible de olvidar..
Te dejo el link para comprar las entradas al Coliseo, las hay desde 18,00 €: Entradas Coliseo
Foro Romano: Paseo entre ruinas y siglos de historia
El Foro Romano fue el corazón de la vida pública en la antigua Roma, donde se llevaban a cabo actividades comerciales, políticas y religiosas. Recorrer sus ruinas es viajar en el tiempo, imaginando el bullicio de la época. Entre los vestigios más impresionantes destacan:
- Templo de Saturno, símbolo de la riqueza y estabilidad de Roma.
- Arco de Septimio Severo, con relieves que narran sus victorias.
- Curia Hostilia, donde se reunía el Senado.
- Templo de Vesta, hogar del fuego sagrado de Roma.
Una visita imprescindible, nosotros no la hicimos guiada, pero creo que es una buena opción si quieres conocer mejor la historia del lugar.
Al final de la tarde, agotados pero contentos, nos dirigimos al piso para dejar las mochilas y descansar un poco. Para cenar, elegimos un restaurante que estaba justo al lado del alojamiento y vaya, ¡estaba delicioso! La mejor pasta me la comí aquí:
📍 II Gaudio Ristorante Roma San Lorenzo, super recomendado si estais por la zona: Il Gaudio Ristorante
Cosas a tener en cuenta sobre nuestro primer día en Roma:
¿Has visitado Roma? Cuéntame tu experiencia en los comentarios y si has llegado hasta aquí, déjame un ✈️.
¡Nos vemos en el próximo post con más aventuras romanas!
"La vida es un viaje y quien viaja vive dos veces." – Omar Khayyam
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🇬🇧 Quick Summary in English
Our first day in Rome was filled with unexpected events, from a literal stumble upon arrival to navigating the city's vibrant streets. Join us as we share our initial impressions and practical tips for newcomers to the Eternal City.
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