Mi camino hacia la cirugía ICL: de las gafas a la lentilla intraocular
De las gafas y las lentillas a la cirugía de lentilla intraocular ICL para corregir la miopia y el astigmatismo
La vista es una de esas cosas que, a veces, damos por hecho hasta que empiezan los problemas. En mi caso, todo comenzó cuando tenía unos 8 o 9 años, cuando en clase la profesora se dio cuenta de que no veía la pizarra. Tras las sospechas de la profe, mis padres me llevaron al oftalmólogo y ¡zas! Me diagnosticaron miopía. Las gafas se convirtieron en mi "nuevo look", y aunque al principio me sentía rara, me terminé acostumbrando. Eso sí, lo peor estaba por llegar…
👓 De las gafas a las lentillas
Con el paso de los años, mi miopía y el astigmatismo no hicieron más que aumentar. A los 15 o 16 años, las gafas ya se habían vuelto una necesidad constante, pero no podía vivir con ellas cuando entrenaba. Practicaba gimnasia, competia y daba clases a niños, así que me pasaba la tarde en el gimnasio, haciendo acrobacias, saltos y ejercicios en los que, evidentemente, no podía usar gafas. Sin ellas, no veía nada y eso hacía que entrenar fuera un verdadero reto. Fue entonces cuando tomé la decisión de cambiar a las lentillas, lo que en ese momento me cambió por completo la vida. Ahora podía entrenar y disfrutar de mi día a día sin tener que preocuparme por no ver bien.
🤱 La “gran duda” post-embarazos
Tras mis dos embarazos, me lo empecé a plantear seriamente: "¿Por qué no operarme?". Había escuchado hablar de la cirugía láser y me picaba la curiosidad, así que llamé para hacerme las pruebas. Pero, claro, entre las hormonas, los cambios que te trae la maternidad, el miedo a lo desconocido, el dinero y que daba por hecho que, con la cantidad de dioptrías que tenía, no me podrían hacer el láser, al final decidí dejarlo pasar.
Siempre había escuchado que los embarazos afectaban a la vista, y con mis dioptrías tan altas, temía que fuera a ser otro aumento importante. Pensaba que la miopía se iba a disparar con la maternidad y la verdad es que me daba bastante miedo. Sin embargo, para mi sorpresa, mis embarazos no afectaron a mi vista en absoluto. Mis dioptrías se mantuvieron estancadas, lo que fue un alivio. 😅
👁️ El momento de la verdad: ¡la cirugía de lentilla intraocular (ICL)!
Ahora, con casi 10 años de dioptrías estancadas, hace unos meses empecé a notar que las lentillas ya no me estaban funcionando como antes. Siento que no se me colocan bien en el ojo, veo borroso y ya noto que, después de tantos años sin tener ni un solo problema, mis ojos están diciendo "basta". Esto ha sido lo que me ha dado el empujón definitivo para operarme, porque ir con gafas no es una opción para mí. Dada mi alta graduación, la calidad de la agudeza visual con gafas no es buena, y para el día a día, los entrenos, ir a la playa o hacer cualquier actividad, las gafas son un estorbo. No llevarlas no es opción, ya que con ellas solo veo manchas.
El doctor me explicó que, en mi caso, tengo una combinación de miopía alta y astigmatismo alto, lo que no es lo más común. Muchas dioptrías de miopía, sí, pero combinarlo con un astigmatismo alto… eso ya es "raro", casi como una especie de superpoder visual, pero para mal. Además, me comentaron que no soy candidata para la cirugía láser porque mi córnea es demasiado fina para poder quitar capas de tejido. Es decir, el láser no es una opción para mí. Por todo esto, la mejor alternativa era la cirugía de lentilla intraocular, que me permitirá corregir mi visión sin arriesgar la salud de mi ojo. Las lentes que me van a poner tienen que fabricarlas especialmente para mí, y lo harán en Suiza. Para que me entendáis: no tienen una lente preparada en stock para algo tan "especial". Así que toca fabricarlas a medida. El proceso, por supuesto, tarda entre 8 o 10 semanas.
¿Cómo es la operación de colocación de una lente intraocular?
La operación, según me explicó el doctor del ICR, (Institut Català de Retina), donde me voy a operar, es sencilla y rápida. Te hacen un pequeño corte de apenas 2-3 milímetros en el ojo y por ahí introducen la lentilla, que se despliega y se coloca justo detrás del iris. No necesitan puntos ni nada. Primero operan un ojo, y a la semana siguiente el otro, así puedes ir viendo (nunca mejor dicho) cómo evoluciona todo. Es una intervención ambulatoria, entras y sales el mismo día. Parece magia, pero es ciencia de la buena.
No voy a mentir, estoy nerviosa, pero también emocionada. Es un cambio muy grande, y la idea de no depender más de las lentillas o las gafas, el hecho de simplemente abrir los ojos por la mañana y ver... me va a dar una calidad de vida tremenda.
💰 El tema de la mutua
Aquí va un dato que muchos no saben… y ya os adelanto que no os hagáis ilusiones como yo: dependiendo de la cobertura de tu póliza y alguna que otra cosa más, la mutua puede cubrirte parte de la operación. En mi caso, la mutua no se hace cargo de la cirugía, ya que la consideran una patología previa a la contratación de la póliza. ¡Pero ojo! Yo, ingenua de mí, tenía la esperanza de que me cubrieran algo, así que confiaba en que mi caso fuera uno de esos "afortunados", dada mi alta graduación, que el láser no era una opción, el informe del médico… ¡qué se yo! Algo, ¿no? 😅. Pero al final, solo me cubren las visitas, porque el ICR, es un centro asociado a mi mutua, DKV. Y, ¿qué os voy a contar? La operación no es nada barata: no es lo mismo que la cirugía láser, que puede costar unos 2.000 euros, esta cirugía a mi en concreto me cuesta 6.200 euros. Así que, a ahorrar se ha dicho… ¡y a cruzar los dedos para que me toque la lotería!
🔬 Última prueba antes de la operación
Hoy tengo la última prueba previa a la operación, la prueba de la topografía corneal (¡casi nada, un nombre largo y técnico! ), para ver el hueco que tengo en el ojo donde me colocarán la lentilla intraocular. En unos 20 días, con el resultado de todas las pruebas hechas y tras pagar la "entrada" de 300 € por ojo, se piden las lentes. ¡Ya estoy a punto de operarme! Y estoy deseando que llegue el día, porque sé que me va a cambiar la vida totalmente. Como me dijo el médico que me operará: "Yanira, tus operaciones son de las que molan, porque realmente le cambias la vida al paciente.
Os iré contando todo el proceso en cuanto suceda. Esto es un gran paso y, aunque estoy nerviosa, tengo mucha ilusión por ver cómo va a cambiar mi vida después de esta operación. ✨
"Los ojos son el espejo del alma, pero también son el reflejo de nuestra historia." 👀✨
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