ICL (lentilla intraocular): cómo me siento a 24h de la operación

Hoy no es un día cualquiera. Mañana me operan del primer ojo, el izquierdo, ¡y ya me empieza a temblar todo!. Hoy quiero contarte cómo me siento, las dudas que tengo y cómo me estoy preparando para la operación.

En el primer post  Mi camino hacia la cirugía ICL: de las gafas a la lentilla intraocular  , ya os conté un poco el lío de mi vista, cómo he llegado hasta aquí y en qué consiste esta operación con nombre de androide: cirugía ICL. Pero hoy no vengo a hablar tanto de lo técnico, sino de cómo me siento a solo 24 horas de pasar por quirófano. Spoiler: emociones intensas, algo de susto y muchas ganas de que llegue el momento de ver sin barreras.

📍 Me operan mañana 15 de Mayo en el Institut Català de la Retina "ICR" (Barcelona), a las 8:30 tengo que estar allí y me implantarán unas lentillas ICL TÓRICA, porque tengo 7 dioptrías de miopía y 3 de astigmatismo. Casi nada.


                                     Mi dedo sujetando la lentilla izquierda antes de la cirugía, la última vez que la voy a poner

                        Última vez que me pongo la lentilla izquierda


👁️‍🗨️ Dudas que me resolvió el doctor en la visita preoperatoria

Mis dudas, que son miedos disfrazados de preguntas:

– ¿Comprobarán antes de ponerme la lentilla que es realmente de mi graduación? A ver si va a estar mal…¿ Algún defectillo?  😅
– ¿Cómo se aseguran de colocarla bien, sobre todo teniendo en cuenta mi astigmatismo?
– ¿Justo después de operarme ya veré bien?
– ¿La lentilla se deteriora con los años y hay que cambiarla?
– ¿Hay posibilidad de que se me mueva dentro del ojo?

Se lo pregunté todo al doctor la semana pasada, en la visita preoperatoria, y me explicó que sí, que está todo medido, por las pruebas que me hicieron —que no han sido pocas— saben exactamente qué tipo de lente necesito. Además, durante la cirugía usan luces, láseres (o algo muy técnico que no recuerdo porque ya estaba en modo pánico escénico) para colocarla en la posición exacta.
La lente entra por una microincisión de 2 o 3 milímetros, y ¡voilà! Se despliega como por arte de magia, acomodándose perfectamente en su lugar. No es una fantasía, ¡es ciencia ficción hecha realidad!

Después de la operación, me dijo que al principio no veré al 100 %, y que además durante las primeras horas tendré el ojo tapado. Hasta pasadas 48 horas será como mirar a través de una lentilla sucia, pero a partir de ahí debería empezar a ver bien. También me explicó que el cerebro necesita un tiempo para adaptarse a la nueva visión, así que: paciencia, no será inmediato.

La lentilla no se deteriora. Me contó que, hace unos días, se la retiraron a una señora que llevaba 25 años con ella… ¡y estaba como nueva! Me explicó también que la lente tiene un pequeño agujero en el centro, para permitir el paso de los líquidos del ojo y que todo circule correctamente.

Tendré que tener cuidado durante las dos primeras semanas: nada de levantar peso ni hacer ejercicio. Pero, pasado ese tiempo, podré hacer vida normal. La lentilla no se mueve del ojo. Me dijo que tendría que recibir un golpe tremendo, un trauma serio —vamos, que tendrían que reventarme el ojo, hablando en bruto— para que eso ocurriera. Así que tranquila, vida normal: la lentilla se queda en su sitio.

Las primeras 48 horas, nada de móvil ni pantallas… vamos, relax total. Al día siguiente de la operación —es decir, el viernes— tengo visita en la clínica para que me revisen y asegurarse de que todo va bien.

Ah, y durante la primera semana dormiré con el ojo tapado, tipo pirata elegante, para protegerlo mientras cicatriza.                                  


🧠 Lo que me ronda la cabeza a 24 horas de operarme

Sé que con la sedación estaré tranquila, nunca me han sedado antes, pero quienes lo han vivido me dicen que es como irte a los mundos de Yupi: no estás dormida, pero tampoco estás del todo aquí. Aun así, me impone pensar en lo que sentiré, cómo será… Me da respeto, sí.

Mi mayor miedo, lo que realmente me ronda la cabeza, es simple: que todo salga bien.

Porque mi mente, que es muy lista para complicarse la vida, me lanza esos “¿y si…?” justo antes de dormir.

Pero, aunque el miedo y la incertidumbre me acompañan, también me reconozco en este momento como una persona valiente. Porque sé que dar este paso es algo que me cambiará la vida para siempre.

                                           Reflejo de un proceso de transformación, donde la luz y la sombra se fusionan, simbolizando el viaje hacia una nueva visión


🛌 Cómo me estoy preparando (y no solo físicamente)

Mentalmente, he hecho limpieza:

🧹 He hablado de mis miedos.
📓 Me he puesto a escribir esto, como desahogo y tambien por si alguien esta en la misma situación y le puede ayudar. 
📵 Y ojo al dato: como el móvil nos escucha, ha intentado colarme vídeos de cirugía ocular (¡NOOO!).
Los salto al segundo uno. Ya sabemos cómo va esto: los miras 3 segundos y tu feed se convierte en una pasarela de ojos flotando, bisturís, zooms extremos y gente diciendo "no duele nada" mientras sujetan el párpado con pinzas. ¡Fuera, fuera, fuera! 😂 ¡No quiero ver NADA relacionado con eso!

Y físicamente, también hay ritual:

🧴 Durante los dos días antes de la operación, cada 12 horas me tengo que limpiar los ojos con unas toallitas especiales para desinfectar bien la zona de parpados y pestañas. Es como una rutina beauty… pero médica.

🕛 Además, 12 horas antes de la operación ya no puedo llevar puesta la lentilla en el ojo izquierdo, que es el que me operan primero.
¿Y esto qué supone una vez esté operada? Pues que durante esas dos semanas hasta que me operen el otro (el 30 de mayo me tocará el ojo derecho), voy a estar viendo bien con un ojo sí y con el otro… no tanto. Así que ya me ves: tendré que llevar la lentilla derecha, quitar el cristal izquierdo de las gafas… y lucir un estilazo de lo más peculiar. ¡Una gafa con un solo cristal! 😂 ¡Esto sí que va a ser un look exclusivo!

🚫 El día de la cirugía debo ir en ayunas, sin maquillarme, sin perfumes (sí, ni una gotita detrás de la oreja, aunque te lo pida el alma), y sin las uñas pintadas. Vamos, modo natural ON.


🔜 Lo que viene

Prometo volver para contar TODO, sin filtros:

– cómo fue,
– qué sentí.
– qué se ve,
– qué no se ve,
– cómo me sentí al abrir los ojos,

Porque sí, me lo han contado… pero yo quiero vivirlo. Quiero abrir los ojos y ver.

Cuando mis hijos eran bebés, dormían pegaditos a mí en la cuna colecho. Recuerdo esos momentos en los que gruñían o lloriqueaban mientras dormían, y yo, estando a su lado, tenía que ponerme las gafas para ver si sus ojos estaban abiertos o cerrados. Así es como veo: el mundo parece una mancha. Literalmente. 

Gracias por acompañarme en este proceso tan personal.
Si tú también te lo estás planteando, o has pasado por algo así… te leo en los comentarios. No estás sola/o.

¡Nos vemos muy pronto con una mirada nueva ! 🧡"



"A veces, ver con claridad empieza cuando cierras los ojos y confías. ✨🧘‍♀️"

Comentarios

  1. La verdad te cambia todo la operación!! Ganas en calidad.

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    1. La verdad es que estoy super emocionada por ver cómo va a cambiar todo. Después de tantos años con gafas y lentillas, estoy deseando notar esa mejora en la calidad de visión. Te contaré cómo me va en el proceso. ¡Gracias por comentar! 💛

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